Boyacá es uno de los departamentos con mayor tradición religiosa en Colombia, donde la fe católica se expresa a través de imponentes construcciones coloniales y celebraciones que convocan a peregrinos de todo el país. Sus basílicas, catedrales, capillas doctrineras y conventos son auténticos tesoros arquitectónicos que reflejan la herencia hispana y la devoción profunda de sus feligreses. (Lee también:Turismo religioso en Antioquia)
Mejores lugares para hacer turismo religioso en Boyacá
Recorrer Boyacá desde esta perspectiva permite descubrir no solo el patrimonio espiritual, sino también la riqueza cultural y culinaria de cada municipio.
Basílica de Nuestra Señora del Rosario (Chiquinquirá)
La Basílica de Chiquinquirá, conocida como “Ciudad Mariana” o “Capital Religiosa de Colombia”, alberga la imagen de la Virgen del Rosario que, según la tradición, ha obrado numerosos milagros desde el siglo XVI. Su fachada combina el neoclásico con elementos dóricos, mientras que el interior ostenta altares barrocos llenos de pan de oro y retablos elaborados por artistas coloniales.
En los alrededores, los peregrinos pueden disfrutar de la típica arepa boyacense acompañada de queso Paipa y un vaso de chicha o aguapanela para reconfortar el cuerpo tras la visita al templo. (Ver también: Turismo religioso en Colombia)
Catedral Metropolitana Santiago de Tunja
Ubicada en el corazón del Centro Histórico de Tunja, esta catedral es sede de la arquidiócesis que rige la fe en Boyacá desde 1560. Su arquitectura mezcla estilos gótico tardío con un retablo principal barroco, y guarda reliquias y obras de arte sacro que hablan del papel central de Tunja en la evangelización del Altiplano.
Para acompañar la solemnidad del lugar, es tradicional saborear un cocido boyacense, un guiso contundente de carnes y tubérculos, o una mazamorra con arequipe, postre que endulza cualquier peregrinación.
Templo de Santo Domingo de Guzmán (Tunja)
Construido por la Orden de los Dominicos, este templo destaca por su artesonado mudéjar y murales del siglo XVI que narran martirios de santos. La bóveda principal y sus lienzos representan escenas de la Pasión de Cristo, creando un ambiente de recogimiento ideal para la meditación.
Muy cerca está la plaza principal, donde los visitantes pueden probar empanadas boyacenses recién hechas y una changua caliente al amanecer, tradición que reconforta el espíritu y el cuerpo.
Parroquia Nuestra Señora del Rosario (Cucaita)
Esta capilla doctrinera del siglo XVIII, construida en sillería y madera, sirvió para la formación religiosa de indígenas muiscas y colonos. Su retablo principal, más sencillo que el de las grandes iglesias, resalta la imagen de la Virgen del Rosario, patrona del municipio.
Al salir, es común encontrar puestos de cuajada con melado o sabajón, dulce típico que endulza la visita y refleja la hospitalidad cucaitense.
Capilla de Santa Bárbara (Sora)
Erigida en el siglo XVIII con piedra de la región, la Capilla de Santa Bárbara impresiona por su simplicidad y el encanto rural que la rodea. Aquí se venera a la santa patrona de los mineros, recordando la importancia histórica de la minería en Boyacá.
Después de la misa, prueba un tamal boyacense y, como acompañante, unas garullas o pandeyuca recién horneadas, especialidades que inundan las plazas de Sora cada fin de semana.
Capilla Inmaculada Concepción (Tópaga)
Con elementos del barroco tardío, esta capilla destaca en el paisaje por su torre semiescondida entre verdes montañas. Su altar principal, de madera policromada, y las ventanas en arco de medio punto invitan al recogimiento y la oración.
Muy cerca, las fondas ofrecen cuchuco de trigo y arepas boyacenses, platos que reconfortan al visitante tras ascender por los empedrados caminos que llegan al templo.
Convento del Santo Ecce Homo (Monguí)
Levantado entre 1694 y 1760, este convento franciscano alberga muebles y enseres originales, así como pinturas coloniales de Gregorio Vásquez de Arce y Ceballos. Sus claustros y camarines mantienen el silencio propicio para la reflexión.
Para reponer energías, disfruta de una torta de cuajada o un bocadillo veleño con queso, postres emblemáticos que honran la tradición láctea de Monguí.
Convento de los Franciscanos (Ráquira)
Este conjunto arquitectónico, integrado por iglesia y convento, conserva utensilios y mobiliario de la orden franciscana. Las paredes de piedra y los patios internos invitan a una pausa espiritual en medio del colorido pueblo alfarero.
Después de recorrer talleres de alfarería, prueba las obleas rellenas de dulce de guayaba, uno de los sabores más característicos de Ráquira.
Convento de Nuestra Señora de la Candelaria (Sutamarchán)
Este convento, con su fachada blanca y torre puntiaguda, rinde homenaje a la Virgen de la Candelaria, cuya festividad atrae a celebrantes cada febrero. El interior alberga imágenes coloniales y retablos dorados que hablan de la devoción local.
En las calles cercanas, el pan de yuca y la longaniza de Sutamarchán son obligatorios: dos delicias que combinan a la perfección con el aire puro de la sabana.
Tren de la Vida y la Esperanza (Ruta de Fe Andina)
Durante Semana Santa (16-19 de abril), el “Tren de la Vida y la Esperanza” ofrece un recorrido ferroviario con fines religiosos entre Sogamoso, Corrales, Nobsa y Paz de Río. Incluye procesiones a bordo, un viacrucis férreo y visitas a santuarios locales, todo en un ambiente de recogimiento comunitario.
Además, en cada estación se instala una feria gastronómica con puchero boyacense, arepas y chicha, permitiendo a los peregrinos saborear la cocina autóctona mientras profundizan su experiencia de fe.
En conclusión, el turismo religioso en Boyacá combina la majestuosidad de la arquitectura colonial con la calidez de su gente y la riqueza de su gastronomía. Cada iglesia, convento o ruta de fe invita a un encuentro espiritual y cultural, mostrando cómo la tradición y la devoción siguen vivas en cada rincón del departamento.
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