Seleccionar un destino para realizar un viaje es una decisión que no siempre es fácil. El mundo presenta un sinfín de lugares extraordinarios que se adaptan a todos los gustos e intereses. Para convertir esta elección en un ejercicio más fácil, queremos presentaros un listado de ciudades que destacan por su singularidad. Municipios construidos en medio del desierto o en espacios tan llamativos como el medio del mar. Acompáñanos por esta ruta por el globo terráqueo explorando algunas de las ciudades más curiosas del mundo.
Las Vegas
Nuestra primera parada nos sitúa en Estados Unidos. Allí podemos encontrar la capital mundial del espectáculo: Las Vegas. La ciudad quedó para siempre asociada a la cultura del juego. Con el paso de los años, el casino ha ganado presencialidad en red y esa esencia tan marcada se ha desdibujado ligeramente, convirtiéndola también en un centro destacado del ocio y la cultura musical. Uno de los rasgos definitorios que la convierten en extraordinaria es su construcción, ya que fue edificada en el sur de Nevada, en el desierto de Mojave.
Es un destino perfecto para las personas que deseen visitar un epicentro cultural de primer nivel. Toda una experiencia que no olvidaréis nunca. Obviamente, las referencias a uno de sus hijos adoptivos, como es Elvis Presley, son repetidas y constantes. Un viaje hasta el corazón de los años cincuenta.
Venecia
Del continente americano nos trasladamos hasta Europa para visitar una de las ciudades más preciosas del mundo: Venecia. Como todos bien sabréis, este lugar destaca por su construcción marítima. Sus orígenes históricos se sitúan en el siglo V. En ese contexto, una gran cantidad de asentamientos locales intentaron huir de las invasiones bárbaras que atacaban lo que actualmente es Italia. Aprovecharon un archipiélago de un centenar de islas para empezar a construir la ciudad, y se emplearon diversos palos de madera que la conectaban con el fondo del mar.
Uno de los períodos de máximo esplendor de la villa fue el Renacimiento, cuando se convirtió en una capital cultural y artística. Basta con visitar el patrimonio del que dispone, con edificios de una belleza estética suprema.
La Rinconada
Si sois amantes de las emociones extremas, en Bolivia se encuentra una localidad que seguro que os llama la atención. A más de 5000 metros sobre el nivel del mar, se erige La Rinconada, la que es concretamente la ciudad más alta del mundo.
Se trata de un municipio asociado a la minería, que ostenta un récord mundial de altura. En 2017 presentaba un total de 17.000 habitantes, una cifra nada despreciable si tenemos en cuenta las condiciones en las que se asentó la ciudad. (Lea También: Restaurantes en Las Vegas)
Florencia
Si sois amantes del arte y la cultura, es imprescindible viajar hasta otra ciudad italiana: Florencia. Considerada como una de las capitales artísticas del mundo, presenta incluso un cuadro psicológico asociado a su visita. Se trata del síndrome de Stendhal, una reacción que se origina cuando nos posicionamos frente a piezas de arte. Se genera tal cantidad de emoción y belleza, que en ocasiones no todas las personas son capaces de administrar sus emociones.
Florencia es un museo al aire libre que enamora a todas las personas que se pierdan entre sus calles. Asimismo, la gastronomía de la ciudad es también extraordinaria y se pueden degustar algunos de los mejores platos del país transalpino. Especial mención a la catedral de la ciudad, Santa María del Fiore, y su magnífica cúpula, creada por Bruno Brunelleschi.
Tristán de Acuña
Para cerrar nuestro texto, os presentaremos la región habitada más inhóspita del planeta. Un archipiélago llamado Tristán de Acuña. Para imaginar la posición en la que se encuentra, el núcleo habitado más próximo se encuentra a 2173 kilómetros. Suma una población total de unas 200 personas y es un lugar perfecto por si alguien quiere aislarse de toda civilización.
Dispone de algunos equipamientos que buscan que la vida en sociedad sea más divertida, con la presencia de un pub, una sala de eventos o una oficina de correos. Hay que viajar seis días en barco si se quiere pisar el continente más cercano. Toda una aventura digna de una novela de aventuras.
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